Pancreatitis en perros
La pancreatitis es una Enfermedad del perro en el origen de trastornos digestivos, a veces graves. Es una inflamación del páncreas del perro que puede ser más o menos grave según los síntomas. Diferentes causas, a veces muy variadas, pueden justificar la aparición de una pancreatitis en tu perro, como obesidad, el desarrollo de un tumor, comidas demasiado ricas en grasas, Estrés, genética, etc. Hay tratamientos disponibles para remediar la pancreatitis. Sin embargo, el diagnóstico a veces puede resultar difícil, por lo que es importante aprender a reconocer los signos de la pancreatitis en su perro. Siempre es mejor consultar a un veterinario en caso de duda. Solo él podrá confirmar tus dudas mediante diversos análisis y ofrecerte un tratamiento adaptado a tu perro rápidamente.

Pancreatitis canina: ¿qué es?
Para entender la pancreatitis, es necesario centrarse primero en el órgano al que afecta: el páncreas.
Funciones del páncreas
Ubicado en un lugar estratégico del aparato digestivo, el páncreas es una glándula adherida al intestino delgado. Participa en la digestión de los alimentos y contribuye al almacenamiento y uso de la glucosa como fuente de energía.
Secreta un jugo pancreático líquido, rico en enzimas y bicarbonato que permite la digestión de proteínas, lípidos y carbohidratos proporcionado por la comida. También facilita la absorción de la vitamina B12 y tiene propiedades antibacterianas que favorecen la higiene y el buen funcionamiento del aparato digestivo del perro.
También sintetiza hormonas (como la insulina y el glucagón) que regulan el azúcar en sangre (el nivel de glucosa en la sangre). Cuando el páncreas se inflama y deja de cumplir bien su función o se degrada, recibe el nombre de pancreatitis. Puede desarrollarse de forma aguda o crónica.
Pancreatitis aguda
Hablamos de pancreatitis aguda cuando hay una pérdida más o menos fuerte y permanente de la función del órgano, que puede provocar diabetes mellitus o algo peor. Es una crisis temporal y rápida.
Pancreatitis crónica
Es una inflamación reversible y episódica del páncreas. Así que estas son crisis temporales.

Las causas de la pancreatitis en perros
Las causas de la pancreatitis en los perros son diversas: el sobrepeso, como la obesidad, las comidas demasiado ricas en grasas, el estrés, intolerancia alimentaria, algunos medicamentos, una infección bacteriana o parasitaria, un traumatismo en el páncreas, una malformación, la genética (algunas razas son más sensibles a ella, como el Cavalier King Charles, Yorkshire o Shetland) o el desarrollo de un tumor, pueden justificar su aparición.
Perros ancianos o personas de mediana edad son las más afectadas. Sin embargo, sigue siendo muy difícil establecer con certeza las causas de la pancreatitis. Si observa uno o más de los signos clínicos mencionados anteriormente, y/o si cree que su perro corresponde a uno o más de los factores anteriores, es urgente consultar a un veterinario para establecer un tratamiento adaptado a la enfermedad, a su estado de evolución y a las características específicas de su animal, etc.
Pancreatitis canina: síntomas
Los síntomas de la pancreatitis en los perros son diversos y, a menudo, bastante amplios. Es importante aprender a identificarlos para poder ayudar al animal rápidamente. Los siguientes síntomas se observan en perros con pancreatitis:
- Pérdida de apetito,
- Vómitos,
- Diarrea,
- Heces blandas, grasosas o, con frecuencia, de color más claro
- Apatía,
- Fiebre,
- Pérdida de peso en algunos casos,
- Dolor abdominal.
En el caso de la pancreatitis aguda, los síntomas suelen ser rápidos. Si la pancreatitis es crónica, aparecerán de forma regular. Sin embargo, tenga en cuenta que estos síntomas son similares a los de un trastorno digestivo, pero no están necesariamente relacionados con la pancreatitis. Solo su veterinario podrá darle respuestas.
Tratamiento de la pancreatitis en perros
En primer lugar, tu veterinario te ayudará para determinar si se trata de pancreatitis aguda o crónica. Las pruebas, como los análisis de sangre y las radiografías del abdomen, proporcionarán un diagnóstico confiable. Gracias a ellas, también sabrás si la pancreatitis de tu perro es más o menos grave.
Para tratar la inflamación del páncreas, no se recomienda ningún tratamiento específico. La mayoría de las veces, el veterinario establece un tratamiento sintomático para aliviar al perro. A continuación, puede recetarle a su animal:
- Un agente antivomitivo y antidiarreico,
- Enzimas digestivas,
- Analgésicos,
- Una infusión intravenosa,
- Un cambio en la dieta.
De hecho, la alimentación es la base de Salud del perro. Si no se adapta a las necesidades nutricionales de tu perro, es posible que sea la causa de muchos trastornos, como la pancreatitis.
La dieta de un perro con pancreatitis
A nivel nutricional, lo básico consiste en darle a tu perro una dieta lo más digerible y lo menos alergénica posible.
- Mediante una composición simple y de alta calidad (una sola fuente de carne/pescado y carbohidratos, si es posible, lo más fácilmente digerible posible) Como el arroz),
- Componentes analíticos específicos: contenido moderado de grasa (entre 12 y 15% de grasa, o incluso menos según la gravedad y el tipo de pancreatitis), contenido de fibra < 4%, contenido mineral moderado, un nivel de carbohidratos de moderado a bajo (< 30%),
- Una división de las comidas (de 3 a 6 por día),
- Alimentos rico en agua para promover la hidratación y la buena digestión con paté de calidad (o simplemente la rehidratación de la dieta de croquetas),
- Suplementos de vitamina B12 si es necesario, para hablar con su veterinario,
- Suplementación con omega 3
- Apoyo al sistema digestivo del perro gracias al uso de enzimas digestivas durante las comidas, o incluso de páncreas bovino fresco (unos 100 g por día), así como prebióticos y probióticos.
¿La dieta ideal en caso de pancreatitis? Desde muy lejos, el establecimiento de un Dieta doméstica por un veterinario nutricionista. Si crees que tu perro tiene pancreatitis, no esperes más y acude urgentemente a un veterinario. Sepa que es una enfermedad muy incómoda y dolorosa para el animal. Un tratamiento sintomático adaptado, así como una mejora en la dieta de su perro, permitirán contener la enfermedad de la mejor manera posible, aliviar a su compañero y evitar que la enfermedad vuelva a aparecer.