Probióticos y prebióticos para perros: ¿qué tan efectivos?
Se sabe que los probióticos y prebióticos tienen un efecto positivo en la salud de nuestros perros, al mejorar su flora intestinal, también llamada «microbiota intestinal». Se recomiendan para personas con problemas digestivos, pero ¿son realmente eficaces? ¿Los probióticos y los prebióticos son solo una moda pasajera, una estafa comercial o una solución real para mejorar la salud de su perro?

Probióticos y prebióticos: ¿qué son?
Sabemos que la flora intestinal de nuestros animales es rica en bacterias buenas, que garantizan la buena salud y el buen funcionamiento del sistema digestivo. En los últimos años, las dietas humanas y animales se han enriquecido con suplementos que aportan fibras y bacterias beneficiosas para los intestinos: prebióticos y probióticos. Pero cuidado, ¡no tienen la misma función y no deben confundirse!
Un recordatorio rápido sobre el mecanismo de la flora intestinal: cada individuo tiene una «microbiota» única caracterizada por una diversidad y cantidad específicas para cada individuo de diferentes microorganismos. La microbiota intestinal desempeña múltiples funciones metabólicas, estructurales e inmunológicas y su equilibrio es necesario para la salud del organismo. Es en este entorno donde intervienen los prebióticos y los probióticos, por lo que cada uno desempeña un papel particular.
Probióticos
Los probióticos son microorganismos vivos (bacterias o levaduras) que, consumidos en el tipo y cantidad correctos, promueven la buena salud de los perros. Cuando se ingieren, promueven las bacterias buenas al combatir las malas. En resumen, ¡los probióticos limpian y protegen el intestino!
¿De qué forma los encontramos?
Los probióticos se encuentran en los alimentos fermentados, como los productos lácteos (yogur, quesos, kéfir de leche, lassi), la levadura de cerveza activa, el pescado fermentado y las preparaciones de soja fermentadas (salsa de soja, miso, miso, natto, tempeh, tofu).
Prebióticos
Los prebióticos, por otro lado, son sustancias alimenticias, también llamadas oligosacáridos y polisacáridos de cadena corta. Los prebióticos son sustancias no digeribles (fibras más o menos solubles) que pueden usarse como alimento para las bacterias intestinales. Mejoran el crecimiento de ciertas bacterias presentes en el intestino del perro, incluidos los probióticos.
Los prebióticos se pueden encontrar en los alimentos de uso diario, como los plátanos, los tomates, las cebollas y el ajo (¡cuidado, no para nuestros animales!) , verduras secas y cereales integrales. Puede encontrar algunos ejemplos de frutas y verduras beneficiosas para nuestros animales que también pueden contener prebióticos.
La utilidad de los probióticos y prebióticos en perros
Cuando se consumen en el tipo y la cantidad correctos, y se adaptan a la dieta del perro, los probióticos y prebióticos pueden ser muy beneficiosos para la salud animal.
¿Qué es la flora digestiva o microbiota intestinal de los perros?
La flora digestiva de los perros, o microbiota intestinal, está compuesta generalmente por alrededor de 100.000 millones de microorganismos diferentes. Este ecosistema, que se desarrolla dentro de la pared intestinal del perro, influye directamente en el organismo, especialmente en la microbiota cutánea y respiratoria, etc. ¡También desempeña un papel en la inmunidad del animal e incluso en su estado de ánimo! Por eso, el equilibrio de la microbiota intestinal es muy importante para la salud y el bienestar de los perros.
Factores que degradan la flora intestinal
La microbiota evoluciona a lo largo de la vida de un perro, y varios factores, como la alimentación, pueden jugar un papel decisivo en su estado y, por tanto, en su eficacia.
Un desequilibrio en la microbiota intestinal puede tener varias causas, entre ellas:
- Los tratamientos basados en antibióticos, esteroides u otros medicamentos pueden ser los responsables de este desequilibrio.
- Las enfermedades digestivas, como las patologías intestinales, pueden ser la causa de una degradación de la flora probiótica. En estos casos, hay una disminución en el número, la calidad y la diversidad de las bacterias «buenas» presentes en la flora intestinal, como los probióticos, así como un aumento de las bacterias potencialmente patógenas.
- Una mala alimentación poco digerible o mal asimilada también puede ser un factor agravante en el deterioro de la flora intestinal.
Patologías causadas por un trastorno del aparato digestivo y del equilibrio de su flora probiótica
La falta de bacterias en el intestino puede provocar una serie de patologías extremadamente dañinas para los perros:
- dermatitis alérgica o atópica, eccema, etc.,
- Mala calidad del cabello,
- Diarrea o estreñimiento crónicos.

La eficacia de los probióticos y prebióticos
Varios prebióticos han sido objeto de varios estudios, principalmente en perros, pero también en gatos. Los resultados obtenidos varían según los estudios en particular y según el tipo de prebiótico utilizado, así como la dosis incluida en la dieta, pero también según la composición de la dieta básica.
De hecho, es probable que el origen de las proteínas (animales o vegetales) o la naturaleza de las plantas utilizadas como fuente de carbohidratos, que pueden contener de forma natural una cierta cantidad de prebióticos, influyan en los resultados observados. La cantidad de prebióticos que se pueden añadir a la dieta está limitada por la tolerancia del animal, que muestra una alteración en la calidad de las heces cuando el porcentaje es demasiado alto. La mayoría de los estudios realizados probaron dosis de prebióticos de entre el 0,3 y el 4%.
Se han observado y se están buscando varios efectos beneficiosos: la estimulación de las bacterias intestinales buenas, pero también la estimulación de la producción de ácidos grasos de cadena corta, la reducción de la concentración de metabolitos bacterianos cancerígenos (residuos de alimentos que, al fermentar «mal», pueden promover las patologías del cáncer) y la estimulación de la inmunidad.
Algunos efectos pueden ser complementarios, como la producción de ácidos grasos de cadena corta, que son muy útiles en términos de energía y metabolismo y provocan una disminución del pH en el intestino. De este modo, los prebióticos y probióticos crean un entorno desfavorable para el desarrollo de ciertas bacterias potencialmente patógenas, como el Clostridium perfringens o la Escherichia coli (Kanakupt et al., 2011).
A veces se pensaba que los prebióticos también ayudaban a reducir la producción de varios metabolitos responsables del olor de las heces (¡qué buena noticia para los propietarios!)... ¡Pero los estudios realizados demostraron que eran ineficaces en este punto, excepto en lo que respecta a la lactosucrosis (Terada et al., 1993, Verbrugghe et al., 2010)!
La ingesta de probióticos y prebióticos, si es supervisada por un veterinario, puede ser una ayuda valiosa para restaurar la flora intestinal en los perros. De hecho, si se consumen en la cantidad y el tipo correctos, los prebióticos y probióticos, considerados desde un punto de vista preventivo o terapéutico, pueden promover el equilibrio de la microbiota intestinal. Por ejemplo, se ha demostrado que la bacteria Enterococcus faecium tiene beneficios para perros y gatos.
Generalmente consumidos en forma de complementos alimenticios, los probióticos se recetan regularmente en caso de disminución de la inmunidad del perro, durante la vacunación, en caso de diarrea o incluso en paralelo con el tratamiento con antibióticos.
¿Son realmente eficaces?
Los prebióticos y probióticos son productos sin efectos secundarios conocidos. Sin embargo, su efecto beneficioso varía mucho según el prebiótico o probiótico, la dosis administrada, la especie y el tipo de dieta. Por lo tanto, el efecto observado en un probiótico a una dosis determinada no puede extenderse a otro producto o dosis.
El uso y la eficacia de los prebióticos en animales enfermos casi no han sido objeto de estudios y la evidencia de su eficacia es muy débil. Del mismo modo, no se ha probado su valor preventivo en la dieta de los carnívoros domésticos. Por lo tanto, el nivel de evidencia sobre los prebióticos es muy bajo en las publicaciones científicas actuales.
Se han realizado más estudios con un grupo de control sobre los probióticos. Sin embargo, solo Enterococcus faecium tiene un buen nivel de evidencia y es eficaz tanto para fines preventivos como terapéuticos (diarrea aguda o enfermedades inflamatorias intestinales crónicas idiopáticas). En el caso de otras especialidades veterinarias que contienen probióticos, el nivel de evidencia también sigue siendo bajo en la actualidad.
En resumen, actualmente tenemos muy poca información sobre su eficacia, pero podemos pensar, sin correr demasiado riesgo, que no causan daño en todos los casos.
¿Los probióticos son automáticos?
Para muchos, su uso solo enmascara un problema subyacente, que es el de la alimentación. La calidad de los ingredientes, sus beneficios energéticos o su dosificación suelen ser responsables de enfermedades en los perros, como las causadas por el desequilibrio de la flora intestinal, como se mencionó anteriormente.
Además, tomar probióticos o prebióticos puede ser menos positivo en el caso de algunos perros. Mientras que los individuos sanos con una flora intestinal equilibrada los toleran muy bien, otros con determinadas patologías no son buenos pacientes.
Por ejemplo, en un perro con candidiasis intestinal, los prebióticos (que son las osas) pueden alimentar a las levaduras responsables de esta patología y empeorar el estado general del animal.
Probióticos y prebióticos para perros: ¿cómo elegirlos?
Si, después de consultar con tu veterinario, crees que tu perro necesita probióticos y prebióticos para reequilibrar su flora intestinal, debes asegurarte de elegir los productos correctos. Los probióticos son organismos vivos y, por lo tanto, son muy inestables si se exponen a temperaturas superiores a 20 °C y si están activos (como en el yogur u otro líquido).
Hay probióticos en forma seca, desactivados, que son más resistentes. Se reactivarán en el tracto digestivo del perro. Además, es posible conservarlos en un lugar no refrigerado.
Recuerda que es importante no comprar cualquier cosa y leer atentamente las etiquetas de los productos antes de comprarlos. También puedes pedirle consejo a tu veterinario, quien probablemente te recomendará un producto en el que confíe.
Desconfíe especialmente de las croquetas cuando se menciona la presencia de probióticos: la cocción, a menudo a altas temperaturas, la vida útil del producto y la no encapsulación de los probióticos utilizados deben limitar en gran medida su presencia real en el producto final.
Otro punto importante: los probióticos que compres no deben contener más de 10 cepas diferentes porque su eficacia se reduciría. Si son demasiado diversos, el fabricante no podría garantizar su viabilidad y, por tanto, su eficacia.
Además, es importante comprobar la CFU (en inglés, Colony Forcing Units). Indicado en el paquete, proporciona una estimación del número de bacterias o levaduras viables. Le permiten asegurarse de que estos probióticos contienen suficientes organismos vivos para colonizar el intestino. Pero tener la mayor cantidad posible de CFU tampoco significa que el producto sea de buena calidad. Consumir demasiados probióticos en cantidad no servirá de mucho, el exceso simplemente pasará por el aparato digestivo para acabar en las heces.
Por último, como siempre, ten cuidado con los precios muy atractivos, ya que suelen ir acompañados de una mala calidad. Los probióticos y los prebióticos pueden ser una ayuda importante para reequilibrar la flora intestinal de los animales. Su ingesta debe ir acompañada de una supervisión veterinaria, así como de una dieta saludable adaptada a las necesidades nutricionales de tu perro.
Su contribución y eficacia aún deben estudiarse y la comunicación sobre el tema debe ser matizada: por el momento solo estamos empezando a entender la microbiota intestinal y el papel de la ingesta de prebióticos y probióticos para la salud y el bienestar tanto de nuestros perros como de nosotros los humanos.