Bañar a tu perro: la guía completa
Los perros también necesitan bañarse y lavarse. A diferencia de los gatos, no se limpian solos y, además, no es raro que se ensucien a diario paseando, bañándose o revolcándose en sustancias poco fiables. Sin embargo, bañar a tu perro requiere un poco de preparación para evitar que le vaya peor que mejor. Descubre todos nuestros consejos para garantizar el bienestar de tu perro.

Antes del baño
¿Cuándo debes bañarte?
Puedes bañar a tu perro cuando esté muy sucio o huela mal. De lo contrario, uno o dos baños de rutina al año son más que suficientes para la higiene básica de tu amigo de cuatro patas. También puedes bañar a tu perro si tiene el pelo enredado. Esto se refiere principalmente a los perros de pelo largo y de pelo medio.
¿Con qué frecuencia debes bañar a tu perro?
No exceda la frecuencia máxima de un baño al mes. La multiplicación de los baños en los perros puede provocar enfermedades de la piel. En cualquier caso, es probable que nunca necesites limpiar a tu amigo de cuatro patas con tanta frecuencia, a menos que se trate de un perro de exposición que requiera un aseo muy regular.
Champú y jabón para perros: elegir los productos adecuados
Nunca utilices productos que estén en tu propio baño para bañar a tu perro. Estos productos se adaptan al pH de tu piel, no al de tu bola de pelo, que es muy diferente a la tuya. El uso de champú o jabón para humanos puede volver a tener consecuencias terribles para tu amigo de cuatro patas.
Al mismo tiempo, elige también toallas, fregonas y paños adaptados al tamaño de tu perro. Si tienes un perro pequeño o un perro enano, puedes comprar un cuenco. De lo contrario, ¡no tendrás más remedio que usar tu bañera! Para evitar lesiones, no dude en comprar una alfombrilla antideslizante. Si tu perro se resiste realmente a la idea de bañarse, puede que sea necesario atarlo. Fija la correa a la pared (¡no una correa demasiado larga!) usando un gancho o una ventosa.
Compra un cepillo y un peine para perros para cepillar y desenredar el pelo de tu perro. Elige un cepillo adaptado al tipo de pelo.
¿Cómo bañas a tu perro?
Si bañas a tu perro en verano, es posible que puedas hacerlo en tu jardín, pero debes asegurarte de que la manguera de tu jardín pueda enviar agua caliente y de que tu perro no se escape al ver el agua. Aún así, es mejor hacerlo en el baño, en una habitación bien cerrada. En invierno, bañe a su perro en un baño con calefacción adecuada para evitar que se resfríe.
Si tienes un perro grande o un perro gigante y tu baño o ducha no son adecuados, puedes intentar encontrar una estación de «lavado de perros» en tu ciudad. Lamentablemente, no están disponibles en todas partes, pero pueden serte de gran ayuda. Si no puedes lavar a tu perro en casa, la única solución será ir a un peluquero.
Coloca a tu perro en la bañera vacía. No sorprendas al perro metiéndolo ya en el agua. Tienes que ir poco a poco. Usa el cabezal de la ducha para humedecerlo, después de poner el rociador a la potencia mínima. ¡La temperatura del agua es importante! Debe estar tibia, entre 28 y 33 °C. El agua demasiado fría es peligrosa para los perros, especialmente para los cachorros. Del mismo modo, el agua demasiado caliente puede quemarlos. Compruebe siempre la temperatura del agua con la mano.
Una vez que el pelaje esté completamente mojado, aplica el champú para perros. Pon varias avellanas en el pelaje y frota bien. Masajea la piel para que el producto penetre. Frota tu espalda, barriga, cola y termina con tus patas. Tenga mucho cuidado al limpiarse la cabeza. Presta mucha atención a los ojos y las orejas de tu perro.
Luego enjuague hasta que el agua esté completamente libre de productos. Enjuagarte mal puede causar irritación y problemas en la piel, así que no corras ningún riesgo.
Por último, debes secar a tu perro, especialmente en invierno. No lo dejes con el pelo mojado. Podría resfriarse. Primero, frota a tu perro con una toalla para quitarle la mayor cantidad de agua posible del pelo. Frótalo bien y cepíllalo para evitar que se formen nudos si tiene el pelo largo.
Si tu perro puede manejar el secador de pelo, puedes usarlo con él. ¡Incluso hay secadores de pelo para perros! No lo pongas demasiado caliente y seca bien a tu perro por todo su cuerpo, pero ten siempre cuidado con sus ojos y orejas. Si tu amigo de cuatro patas le tiene miedo al secador de pelo, no hace falta que insista. Déjalo secar dentro de tu casa, sobre una toalla para que no entre agua por todas partes.
Una vez que termine el baño, ¡recompensa a tu perro con una golosina! Dale una buena recompensa para que asocie la ducha con algo agradable. Además, aprovecha para echarle un vistazo a su piel para asegurarte de que goza de buena salud y córtale las garras si es necesario.